Tu país, el pulgarcito de América (por su poco territorio), y uno de los más densamente poblados de todo el continente, únicamente superado por algunas islas del caribe.
Al haber tanto habitante, uno podría decir: “seguramente es un país donde hay variedad”. Y no estaría tan equivocado, porque a pesar del pequeño país que tenemos, hay una gran diversidad en opciones para el turista local para visitar y divertirse.
Sin embargo, hay un aspecto en el que hemos notado no existe una “amplia variedad”. Y es que acabamos de ver los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro y se nos refresca la mente acerca de la vastedad de deportes en los que el salvadoreño no ha incursionado mucho.
El salvadoreño tiene un aprecio por su país, por sus colores, por su gente. Ese aprecio se deja ver cuando alguien en el mundo nos representa o nos da a conocer. Tal es el caso de personajes sobresalientes como el mágico González (futbolista de primer nivel), Roger Rodas (amigo y compañero en las últimas con el ícono de los motores, Paul Walker), Fernando Palomo (comentarista ESPN), Gio Salinas (piloto salvadoreño en la IDRC en Estados Unidos) y así podemos enumerar una larga lista de salvadoreños en el mundo que han tenido mucho éxito, y el aprecio de sus compatriotas.
Ahora bien, tenemos más personas que nos representan a nivel regional, e incluso mundial. Y no está de más decir que lo hacen muy bien. Pero sucede un fenómeno extraño, por el cuál el salvadoreño todavía no les entrega todo su apoyo, y por el contrario, han afrontado incluso algunos obstáculos.
Hablamos de los pilotos sobre ruedas. Hombres y mujeres que a lo largo de su vida, han entrenado arduamente en cada una de sus disciplinas, y que han tenido magníficos logros para ellos y para nuestro país a lo largo de su carrera profesional.
Casos como Giovanni Ascencio, Manuel Esquivel, Fernando Suncín, Elder Soriano, Mauricio “Chele” Barahona, Team Rauda, Team Color Group, Team DynoPro, Chicho NOS, Rolando Rendón, Rafael Peña, Christian Velasco, Edgar Lindo, Ricardo Barahona, Ovidio Hernández , Armando Morataya… Y nos alegra decir que la lista sería interminable, pues hay muchos buenos embajadores del deporte motor salvadoreño.
Este 1 de septiembre, queremos recordar a todos esos compatriotas que han corrido alrededor del mundo, y que han puesto en alto los colores de nuestra bandera. Que se han entregado por el deporte motor, y que han logrado el éxito sin tener el apoyo de las masas, ni de las entidades de gobierno.
Y no hablamos de esos irresponsables que ponen en riesgo la vida de personas al correr en las calles. Hablamos de los profesionales que han dejado el sudor en la pista, a los cuáles ahora llamamos la “Selecta Racing”, a esos pilotos queremos decirles: ¡Gracias por llevar esa sangre azul hasta lo más alto posible!
Deseamos mucho que cada vez más compatriotas les extiendan su apoyo. Y aunque algunos talvez no le oremos a la bandera, sí le oramos a un Dios que está en lo alto para pedirle su guía a través de las dificultades de la vida y el deporte.
Que Él nos bendiga a todos.