Hamilton rey en Canadá, Alonso voló motor nuevamente.
Dominio total del inglés con su Mercedes, tercera victoria del año y se acerca a Vettel. Fernando puntuaba a dos vueltas del final y Sainz fuera por un choque en la salida.
Cloc. En la cabeza. Así. Por delante el coche de Carlos Sainz empotrado contras las protecciones, al lado Felipe Massa con su Williams deslizándose a toda velocidad contra el muro y Fernando Alonso navegando por la hierba, intentando evitar algo mas que ese trozo de algún coche que voló por el aire hasta llegar a impactar contra su casco. “Tienen que estar más tranquilos estos chicos”, dijo entonces por radio el jefe como le llaman muchos de los pilotos jóvenes. Tuvo suerte, él al que tantos llaman de otra manera. Mientras su amigo madrileño quedó fuera de carrera y el brasileño que fue su compañero también. Grosjean seguía en pista. Aquel mismo que le pasó a milímetros con el coche en Spa 2012, ese año que mereció el tercer título. Pero esa palabra es prohibida ahora. Ahora se trata de intentar acelerar el regreso. Y en Canadá, después de salvar la vida otra vez por esos milagros del destino lo intentó. Llegó a ser cuarto por esas cosas de los cambios de gomas y después de que los campeones de Ferrari tuvieran que esperar a las rectas para pasar un coche casi dos segundos más lento por vuelta se quedó octavo en pista con los neumáticos del inicio. Después de su parada salió undécimo, se pudo décimo, pero le pasó Stroll con un con Williams 20 km/h más de punta. Parecía fuera de los puntos, pero Kyvat se quedó en boxes. Era décimo. Primer punto. Pero… a dos vueltas del final abandono. Y abrazo de la afición.
Mientras Fernando seguía en su intento desesperado, el que fue su primer compañero en McLaren, iniciaba desde los primeros metros el viaje a la victoria. Lewis Hamilton consiguió el primero de sus 56 grandes premios hace diez años en Montreal con aquel McLaren de 2007 y ahora con el Mercedes de sus sueños ha ganado otra vez. Tercer gran premio del año y se acerca a Vettel en el liderato recordando que cuando está centrado y concentrado nadie puede ahora con el inglés. Empezaba primero, se olvidó desde esa posición de las luchas que llegaban por detrás como si llevara una burbuja protectora, mantuvo un ritmo tremendo hasta la vuelta 33 en la que paró a cambiar neumáticos y de ahí a subirse por sexta vez a la primera posición del podio en la isla de Notre Dame.
Y hubo pelea en la puerta de la disco al empezar la carrera, mientras Hamilton pasaba al reservado con sus collares de oro. Max Verstappen, el niño atrevido de talento descomunal pasó del sexto al segundo en la salida, aunque para lograrlo se llevara parte del alerón delantero de Sebastian Vettel. Más tarde el holandés con problemas en el motor Renault de su Red Bull se quedó fuera de carrera, tercer abandono en los últimos cinco. Entonces emergieron los Force India luchando con Ricciardo por el podio entre. Los Ferrari también en la batalla. Bottas segundo a un universo de Hamilton. El tercero del cajón fue para el de Red Bull en un día en que Sainz no acabó, Alonso tampoco y el apellido Hamilton vuelve a ser tan importante como Trudeau en Canadá y aquí la reina sigue siendo la de Inglaterra. Dios salve al Rey Lewis.
Fuente: AS